Sólo diré que ya tengo todo preparado para cocinar la siguiente entrada del blog. He decidido que nada mejor para ilustrar un post que un DIY (do it yourself- hazlo tú mismo) en toda regla. El domingo, el resultado. Sólo daré una pista: clara de huevo, almendra y azúcar... si alguien lo adivina, prometo una docena (de pastelería, nadie más que mi marido tiene por qué sufrir mis experimentos culinarios).
La promesa es en serio!!

Si tengo que definir nuestra boda de alguna manera, creo que la mejor manera de hacerlo es como "Deconstrucción de boda": volvimos al inicio, pensamos qué significaba para nosotros la boda y, a partir de ahí, rehicimos todo -ceremonia y celebración- a nuestro gusto, olvidándonos de lo que se suponía que teníamos que pensar, sentir o hacer. Ya os enseñamos las invitaciones y a nuestros fotógrafos. Incluso subí algunas fotos (muy muy malas!!!). Pero nunca me había atrevido a subir la selección que he estado haciendo esta semana. 

Ayer me enteré de que Julio Iglesias se ha casado en secreto. La semana pasada saltó la noticia de que fueron Sienna Miller y Jude Law. Y el mes pasado fueron Penélope Cruz y Javier Bardem. Al margen de que estas bodas secretas nos dejen sin cotillear los estilismos de las invitadas y la novia (me confieso, yo los analizo al detalle), lo que es cierto es que hay un gran número de parejas que optan, cada día más, por bodas sencillas, en la intimidad o incluso ellos solos. Bueno, con los dos testigos de rigor.

¿Quién no ha soñado con mandar toda la preparación de la boda a tomar viento y fantaseado con escaparse y casarse en una pequeña iglesia/playa/viñedo/castillo? Yo, confieso que lo pensé. Y no soy la única, ¿verdad?

Pero hay una forma mucho más sencilla: hacer de tu luna de miel, tu boda. Los consulados y embajadas suelen estar en edificios singulares y con entornos preciosos.


Y, en el fondo, los papeles son los mismos que para un matrimonio civil. Sólo hay que especificar en qué consulado nos casamos cuando nos lo pregunten a la hora de rellenar el expediente matrimonial.

Siempre es conveniente hablar con la embajada para comunicarles que uno se quiere casar allí y aquí tenéis todas las direcciones de contacto.

Si alguien se anima o se ha animado, que nos lo cuente!!

2. Ivanka Trump de Vera Wang


3. Blanca Romero de Karl Lagerfeld 


4. Natalia Vodinova de Tom Ford o cómo no elegir un vestido blanco e ir de novia perfecta.


5. Cayeta Guillén Cuervo de Amaya Arzuaga


Estos son mis 5 vestidos favoritos que, como veréis son todos modernos, simples y diferentes (sí! hasta el de Ivanka Trump!!). ¿Y los vuestros? ¿Cuál es vuestro estilo?

Quizás, la primera cosa en la que piensa una novia sobre la organización de la boda es si va a encontrar SU vestido. ¿Y sabéis qué? Creo que se ha creado un mito enorme alrededor del vestido. No creo en las medias naranjas ni en los príncipes azules, ni siquiera creo en el amor de tu vida, ésa única persona que puede hacer que el suelo tiemble y tengas permanentemente mariposas en el estómago. Adoro a mi marido y se me queda todavía cara de tonta cuando le miro, pero, si tengo que ser sincera, ronca y todavía no ha aprendido que la goma de la olla exprés se quita para limpiarla. Y un príncipe azul no haría éso, ¿no?

El caso es que si no creo que haya una única persona perfecta para cada uno de nosotros, me tendréis que permitir que tampoco crea que existe un único vestido perfecto para cada novia. Y entonces, ¿en qué creo? os preguntaréis. Creo que desde pequeñas hemos imaginado cómo sería nuestra boda porque las pelis románticas han tenido una influencia enorme en nuestro subconsciente y creo que hay un vestido con el que todas nos hemos imaginado. Creo cada una tiene un tipo diferente y que no a todas nos quedan igual de bien todos los modelos. Y creo que, si piensas que es "tu vestido", te dolerá mucho menos pagar ese precio por un vestido.

Como todo en esta vida, depende de qué tipo de boda se esté organizando y dónde se vaya a celebrar para elegir un estilo u otro de vestido. Yo nunca recomendaría un vestido con falda princesa para una boda campestre o en la playa. De la misma manera que un vestido corto no se estila en una boda católica por la tarde. Aunque, con lo que me gustan a mí las novias de corto, me gustaría que más gente se animara!

Si habláis con alguna novia de mucha mucha confianza, casi siempre os contará que después de la boda se medio arrepintió de no haberse atrevido con otro vestido. Mi hermana eligió un vestido precioso de Rosa Clará, pero estuvo dudando muchísimo si elegir otro más clásico de Jesús Peiró. Una de mis primas hubiera deseado atreverse con uno de Hannibal Laguna en lugar del vestido de Raimon Bundó que llevó y su hermana estoy segura que cuando pase la boda dudará entre el que le están haciendo en el atelier de Isabel Leguina y uno lencero de Franc Sarabia. Y todas están o estaban preciosas con los vestidos que eligieron. Con ésto os quiero decir que las dudas son normales, y que puede que os surjan a vosotras y hasta puede que os acompañen hasta después de la boda. No os preocupéis si os pasa!

Y termino esta entrada con las fotos de mi vestido de boda y con el que me hizo dudar tanto. Supongo que también dudé más de lo normal porque siempre quise casarme con un vestido de Dior (el de la izquierda) y al final elegí uno de Adolfo Domínguez que es el que aparece en la foto de la derecha (colección de novias otoño/invierno 08). (¿A que parece una foto de catálogo? Mérito de nuestros fotógrafos!!)

¿Queréis saber cómo se me fue el gusanillo??? El día que vi esta foto!! 




Os juro que es el mismo vestido de Dior aunque cambia el color. Aún así, ¿qué vestido hubiérais elegido vosotras? 

¿Cómo habéis pensado hacerlo vosotros?