Ok, has comprado tres revistas de novias, has estado mirando vestidos por internet, incluso puede que te hayas apuntado a uno o dos foros de novias. En algún momento de ese proceso, decides que quieres maquillarte tú el día de tu boda porque te gusta más cómo te dejas a ti misma que cada vez que te miras en las fotos de la boda de tu primo (y encima te costó dinero que te dejaran así....). Puede que sepas mucho de maquillaje y tengas mil productos o puede que no sepas tanto pero quieras aprender. Y en ese momento, cuando decides decir en voz alta lo que piensas, todo el mundo te presiona y te hace dudar, ¿verdad?

Que si un profesional te maquilla mejor para las fotos, que si el maquillaje no te va a aguantar todo el día... incluso alguien te tachará de una forma más o menos sibilina de ser rata por no querer gastar en éso el día de tu boda (recordemos, ese día que tienes que estar perfecta a toda costa). Voy acertando, ¿cierto?

Y aquí, justo en este punto, es en el que una tiene que encontrar toda su fuerza para elegir lo que quiera hacer, para tomar decisiones a pesar de los "tú verás lo que haces, pero creo que te equivocas".

No os voy a dar lecciones sobre cómo maquillares vosotras porque yo no soy una experta en maquillaje. De hecho, a mí me maquillaron (Alicia, un encanto de chica que trabaja en MAC).