miércoles, 26 de noviembre de 2008

Sobre bodas y otras cosas importantes.

El hecho de estar primero prometida, luego no, luego otra vez prometida, luego otra vez no, luego otra vez sí, luego no sabe no contesta (y podría seguir así hasta el infinito). Decía, el hecho de estar en esta situación, me ha hecho darme cuenta del estrés que supone ser la novia. No es sólo por el hecho de organizar una boda, que, para ser sincera, creo que es la parte más divertida de todo este asunto, no. Es el estrés que suponen las muchísimas expectativas que todo el mundo tiene sobre una boda y, en particular, sobre la novia. Está socialmente admitido que a los chicos, las bodas les dan igual, que es una cosa que en realidad sólo concierne, atañe y preocupa a la novia.



Todos los días leo sobre novias que piensan en uñas postizas, que compran gargantillas de diamantes o que gastan sumas ingentes en vestidos porque "es su día". Partiendo de la idea que me parece genial que la gente haga lo que quiera con su tiempo y con su dinero, lo que me llama la atención es que muchas novias hagan ésto para estar "radiante el día de su boda". Es un único día. De hecho, son sólo unas horas. Y parece que hay que estar toda la vida preparando este momento. Es como si el día de tu boda fuera el día que más guapa puedes estar de tu vida. Y si ese día no consigues estar atractiva.... mal vamos.

He estado pensando cómo hemos podido pasar de las bodas de mañana, con las novias en traje de chaqueta y los almuerzos en la parroquia, a esta vorágine consumista y, perdón por lo que voy a decir, sin sentido en la que nos hemos metido. Sí, lo sé, no tiene ningún sentido que lo diga alguien que escribe un blog sobre bodas, administra un foro de novias y es moderadora de otro. Pero, ¿sabeis qué? Creo que hemos perdido la perspectiva en el tema de las bodas.

La verdad es que, para mí, una boda es un punto y a parte en la vida en pareja de dos personas. Es el final de una relación de noviazgo y el principio de un matrimonio. Es decir en público y bien alto "te quiero". Es apostar fuerte por una relación y firmar un contrato que lo dice en términos legales. Y después de éso, creo que podemos celebrarlo con una copita de cava y una cena rica. O únicamente con una copita de cava. Pero lo importante es que la gente que quieres esté ahí, dándote su apoyo en un acontecimiento que es importante para tí.

Y para éso, da igual si el día de tu boda no llevas la manicura perfecta, si el ramo es diferente del que encargaste o si el velo no está perfectamente puesto. Lo importante es que, al final de ese día, vas a estar casada con la persona que quieres. Y todo lo demás es secundario, aunque a veces lo olvidemos.

Estoy escuchando: More than words, de Extreme

3 comentarios:

Irene dijo...

Me encanta este post!! es precioso, creo que cuando lo leí se me escapó media lagrimilla... creo que es de las cosas más bonitas que se pueden escribir sobre la esencia de una boda... tu "futuro" debería estar orgulloso!!

María dijo...

:) se lo diré. Aunque creo que sigue pensando que sólo quiero un bodorrio (y no, no es así: le quiero a él).

Anónimo dijo...

Nena! te acabo de postear en otro sitio pero no puedo evitar hacerlo de nuevo. ¡Me encantan tus post! Yo me caso en abril pero quiero que el día llegue ya, tengo ganas de decir "mi marido" y de que vivamos juntos... Un besazo, te sigo leyendo eh (por si te posteo de nuevo, jeje). Amparo.

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María
Empecé este blog en el 2008, cuando estabamos planeando nuestra boda. Y desde entonces, cambiamos de planes un montón de veces y hasta nos casamos! ¿Por qué vestir de blanco? Porque todas las revistas han terminado pareciéndome iguales, porque la inspiración aparece donde menos te lo esperas. Porque nos casamos. vestirdeblanco@gmail.com
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